viernes, 22 de octubre de 2010

BEIJING PALACIO DE VERANO

VIERNES 15
Hacia el norte de la ciudad, algo así como un Palermo, está el Palacio de Verano, construido por el emperador como regalo a su madre para que no sufra el calor de la ciudad. Está sobre una colina que domina toda la ciudad con un gran lago en el medio, con un sistema de diques y compuertas para controlar los niveles del agua. Se entra a los jardines cruzando un puentecito sobre un canal. Bajo ese puente y a lo largo del canal de unos 300 metros hay una zona que fue de mercaderes, que vivían de las compras que hacían las concubinas, hoy hay pequeños comercios de comidas y souvenires. 
CALLE COMERCIAL SOBRE EL CANAL
TE DE FLORES


Fuimos recorriendo algunos sectores sin pretensión de ver todo (son varias hectáreas), y llegamos al embarcadero atravesando una galería, que se llama la “Galería infinita”, que actualmente es patrimonio de la humanidad por la exquisita decoración de sus pinturas. Cruzamos a la isla con una lanchita donde vimos una exposición de fotos de los diferentes períodos del sitio. Varios de los edificios históricos fueron quemados por los franceses e ingleses alrededor de 1860 durante la invasión a China en la guerra del opio. Actualmente está todo restaurado.
En una de las orillas del lago pusieron un buey de bronce sobre una plataforma de piedra. Esa piedra está al nivel de la muralla de la Ciudad Prohibida, de manera que cuando las aguas subían hasta el pie del buey, significaba que la Ciudad corría riesgo de inundarse. Regresamos y decidimos subir al templo del buda correspondiente.
VISTA DEL TEMPLO DEL BUDA, ATRAS EL PALACIO, 
ABAJO LOS DEMAS EDIFICIOS
Son 100 escalones y mientras subimos nos contaron la historia. Fue la 3 hija de un emperador que no se quiso casar con el novio que le asignaron por lo que el padre la echó y se hizo monje. Cuando su padre enfermó, le diagnosticaron que su cura dependía de que una de sus hijas diera por su padre sus manos y ojos, al negarse las dos mayores apareció vestida de monje y se corto las manos y los ojos para salvarlo. Debido a eso se transformo en buda y le crecieron muchas manos y muchos ojos. Y así se ve la figura al terminar de subir los 100 escalones, que te auguran larga vida. A la noche el programa era ir al teatro para ver a los acróbatas. Fuimos y salvo los impuntuales que llegaron empezada la función (grupos de cara pálidas), fue excelente, la plasticidad y la precisión de los acróbatas es notable y los efectos lumínicos con laser que hacen el espectáculo, fueron para nosotros una novedad.
ACROBATAS CHINOS
Llenos del arte de los acróbatas, chanin chanin pegamos la vuelta subte otra vez a comer al mercado callejero para ver si juntábamos coraje para masticar un ciempiés, pero con los langostinos, las ostras y un choclo terminamos el dia.